Oración basada en la adoración

Salmo 96:4-6 (RVR1960) dice:
“Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; temible sobre todos los dioses. Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; pero Jehová hizo los cielos. Alabanza y magnificencia delante de él; poder y gloria en su santuario.”

Aquí hay un pensamiento de Daniel Henderson, en Oración Transformadora:
“La oración basada en la adoración busca el rostro de Dios antes que la mano de Dios. El rostro de Dios es la esencia de quién es Él. La mano de Dios es la bendición de lo que Él hace. El rostro de Dios representa su persona y presencia. La mano de Dios expresa su provisión para las necesidades de nuestras vidas. He aprendido que si solo buscamos la mano de Dios, podemos perder su rostro; pero si buscamos su rostro, Él estará encantado de abrir su mano y satisfacer los deseos más profundos de nuestros corazones.”

Me encanta adorar a Dios. También me encanta cantar. ¿Coincidencia? No lo creo.
Un gran error entre los cristianos es creer que cantar es la única manera de adorar a Dios. En realidad, la adoración abarca mucho más que solo palabras musicalizadas. Entonces, ¿por qué el Salmo que leemos hoy nos dice que cantemos? Cantar es una respuesta que surge del anhelo de nuestra alma por expresar todo lo que pensamos y sentimos acerca de Dios. Esto proviene de una verdadera práctica de adoración.

¿Sabías que la palabra adoración proviene de la idea de “merecer”? En otras palabras, Dios es digno de todo lo noble, honorable, valioso, hermoso y más. Cuando adoramos, no solo le damos gracias a Dios por lo que hace… ¡Lo alabamos por quién es!

La clave para llenar tu alma con la presencia de Dios no comienza en la iglesia ni con otros cristianos. La Biblia sí exige la adoración pública, como lo indica su discurso sobre el cuerpo de Cristo. Donald Whitney escribe en Disciplinas espirituales para la vida cristiana:
“¿Podemos esperar que la llama de nuestra adoración a Dios brille con fuerza en público el Día del Señor, cuando apenas se enciende para Él en secreto los demás días?”
En otras palabras, ¡debemos disciplinarnos para adorar individualmente!

Mi iglesia practica un concepto llamado oración basada en la adoración. No solo ha cambiado mi forma de orar, sino que también me ha abierto los ojos para ver más de Él. Cuanto más lo veo, más quiero adorarlo.

Comparemos estos ejemplos de oración:

  • Te alabo porque eres bueno conmigo.

  • Dios, tú eres bueno.

¿Ves cómo cambia el enfoque? En la segunda oración, la atención se centra en Dios, no en nosotras. Ambas son sinceras y basadas en las Escrituras, pero al compararlas, notamos la importancia de hablar solo de Dios. Otros ejemplos de oración basada en la adoración, tomadas directamente de la Biblia, son:

  • “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: ‘Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir’.” (Apocalipsis 4:8, RVR1960)

  • “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos.” (Salmo 8:1, RVR1960)

Anímate a probarlo. Ten en cuenta que estas oraciones no son párrafos extensos. Mantén tus palabras de adoración sencillas. Si practicas la oración basada en la adoración, creo que el Espíritu Santo te santificará en gran manera. Te valorarás menos a ti misma y más a Dios. Tu alma rebosará con un deseo inmenso de declarar a Dios como digno. ¡Incluso podrías, inesperada y libremente, comenzar a cantar!

Bendiciones y amor,
Daphne Close

Preguntas para reflexionar

Recuerda, querida hermana en Cristo: Dios quiere que lo adores en todo momento, sin importar las circunstancias. Lee estos tres pasajes:
2 Samuel 6:14-15, 2 Samuel 12:19-20, y Job 1:18-22.

Pregúntate:

  • ¿Por qué adoraban Job o el rey David a Dios?

  • ¿Cómo adoraban?

  • ¿Adoraré yo sin importar las circunstancias?

Ideas llenas de fe

Siéntate a los pies de Jesús. Adóralo completando esta oración:

Dios, tú eres ________________.
Llena el espacio en blanco con diez características diferentes de Dios. No te preocupes si no puedes pensar en diez de inmediato. Recuerda que la adoración es una disciplina, por lo que requiere práctica.

Lee Salmo 96:4-6 en voz alta, pero conviértelo en una oración de adoración:
Grande eres tú, Señor. Grande eres y digno de gran alabanza. Temido sobre todos los dioses. Todos los dioses de la gente son ídolos, pero tú, Señor, creaste los cielos. Esplendor y majestad están delante de ti. Fuerza y belleza hay en tu santuario.

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Raquel Brenes
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