Mamás Conectadas: Encontrando Fortaleza Diaria

¡Hola querida mamá soy Alma Aguilar

Y todas sabemos que ser mamá es una bendición inmensa, pero también si somos honestas es agotador. A veces sentimos que no damos más. Hoy quiero compartir contigo cómo podemos encontrar fortaleza y paz diaria al conectar con Dios, nuestro refugio constante.

Comienza el día con Jesús

¿Cómo inicias tus mañanas? Que es el primer pensamiento que corre por tu mente en cuanto abres tus ojos. No es que sean malos, pero seamos intencionales en empezar nuestro día diciendo:
“Buenos días, Jesús.”

Una frase tan sencilla, pero tan profunda. Al decirla, estás invitando a Jesús a caminar contigo a lo largo del día. Esa pequeña acción tiene el poder de cambiar tu perspectiva. De cambiar tu día.

El poder de la oración

Como mamás, parece que nuestras mentes no paran: listas de tareas, listas de quehaceres, reparaciones, preocupaciones, pensamientos sin fin. Por eso, la oración no es opcional —es esencial. Piénsalo de esta manera, Dios ya lo sabe, solo anhela caminar contigo cada vez que inhalas y exhalas.
Es importante para nuestra sobrevivencia.

La oración es nuestra conexión directa a Dios, el lugar perfecto para soltar la carga y recuperar la calma.

La presencia constante de Dios

No esperes al domingo para sentir a Dios. Él está contigo en la cocina, en el carro, en las lágrimas, en la frustración. Escucha alabanzas, música que glorifique su nombre.
Dios está presente aun cuando estas a punto de perder la paciencia, de decir aquello feo, de actuar inapropiadamente. Dale a Dios el control de tu día.
No estás sola. Invítalo a tus momentos difíciles. Él quiere estar presente. El no se espanta. No lo harás enojar. El ya te ama.

Lidiando con el agotamiento

Me encanta lo que dice Isaías 40:29–31 “Acaso no lo sabes? ¿No te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga y su inteligencia es insondable. (que quiere decir que no se puede hallar su fondo) Él fortalece al cansado y aumenta las fuerza del débil.”

Esa es la promesa de Dios a nosotras, hoy. En este día. Es esta temporada. En esta etapa en la que te encuentras.
Esperar en Dios no es quedarnos sentadas quejándonos. Es caminar, correr, avanzar… mientras confiamos en que Él es el que renueva nuestras fuerzas.

Amor y descanso

En medio del cansancio, se nos llama a permanecer en el amor de Dios. Recuerda cuanto Dios te ama, haz memoria de las veces que Dios ha demostrado su amor en tu vida. y descansa en esa verdad. Descansa que te ama con un amor eterno que no tiene límite. No tiene excepción. No tiene letras pequeñas no tiene algo escondido detrás. No está esperando que caiga el zapato. El te ama, el día de hoy. Te ama tal y como eres. Descansa.

Salma 116:7 “Ya puedes, alma mía, estar tranquila, porque el Señor ha sido bueno contigo!” No importa lo que los demás han hecho, escucha lo que dice el salmista, “Dios a sido bueno contigo”.

Y si estás en una situación en la que en realidad cuesta mirar que parte de la situación es buena, invita al espíritu santo. Y dile “Espíritu Santo necesito que abras mis ojos para mirar lo bueno que hay delante de mí. Ayúdame, guíame, recuérdame las palabras de mi Padre Celestial. Porque la negatividad esta pesada, esta difícil, esta muy gruesa en este momento. Yo quiero alabar a mi Señor pero quítame de encima este abrigo mojado, negativo que traigo.

Cuando estamos agotadas es fácil olvidar el “amor” y ser cortantes, groseras,… pero nuestro trabajo es permanecer en Su amor.” Una vez mas, invita al Espíritu Santo
Y para continuar el camino, necesitamos descanso real. Legítimamente cerrar los ojos, acostarnos, levantar los pies y descansar. Antes de dormir, entrega tus cargas al Señor, sé honesta con Él:

Dile “Señor, aquí está mi miedo… mi preocupación… mi carga. Te lo entrego. Ya no lo quiero”

No dejes que las preocupaciones te roben el descanso que Dios quiere darte el descanso que rejuvenece tu alma.

Cultivando la actitud de Cristo

Filipenses 2:1–5 nos invita a tener la misma actitud que Cristo: ser humildes, tener compasión. Y a veces nos miramos y sabemos que no somos esas personas. Hoy las buenas noticias? Las buenas noticias son:

Admítelo, dile al Señor “No puedo sola. Te quiero. Quiero Tu actitud en mí.” El Espíritu Santo llegará y te guiará. Paso a paso, día a día, momento por momento.
Cuando el mundo ve una mujer con paz, con gozo en su rostro, aún en medio del caos… eso llama la atención. Y tú puedes decir con firmeza:
“Cristo Jesús vive en mí.”

Haz de la oración una prioridad en tu diario vivir. Así como hablas con tus seres queridos, asegúrate de hablar con Dios cada día. No hay relación sin comunicación. La oración no es un lujo, es una necesidad diaria.

Querida mamá, recuerda:

-Comienza tu día con Jesús.
-Ora en medio del caos.
-Descansa confiando en Dios.
-Permanece en Su amor.
-Pídele Su actitud.
-Vístete con Su presencia.

La maternidad es un maratón, pero no corres sola. El Espíritu Santo corre contigo. Jesús te echa porras. Y Dios te espera en la meta final
Me da mucho gozo saber que estas escuchando el día de hoy. Oro por ti, hermana, que encuentres nueva fuerza hoy, en Su presencia y en Su amor fiel.
Hasta la próxima, ¡Que Dios te bendiga!


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Raquel Brenes
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