“Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; llena está toda la tierra de su gloria.” Isaías 6:3
Aquí hay un pensamiento de Helen Howarth Lemmel:
“Pon tus ojos en Jesús, contempla su maravilloso rostro. Y las cosas terrenales se oscurecerán, a la luz de su gloria y gracia.”
¿Alguna vez te has sentado en una habitación (o has visto una página de redes sociales) llena de personas que parecían tenerlo todo bajo control, y has pensado en lo diferentes que son a ti, convencida de que seguramente nadie más tiene las mismas dificultades que tú? Yo sí, muchas veces. Ese es el resultado de la vergüenza: ese sentimiento desagradable y oculto que destroza nuestras relaciones, impidiéndonos conectar con nuevas amistades o compartir nuestro corazón con las antiguas. Nos impulsa a esforzarnos por ser algo que no somos, por miedo a no ser lo suficientemente buenas tal como somos.
Lo peor de la vergüenza es que suele estar arraigada en la realidad. Empecé a seguir a Jesús a mitad de la universidad, así que tuve que reconciliarme con algunos años de malas decisiones. Pasé casi una década volviendo a ese punto, buscando sanación y perdón por el pasado. Durante mucho tiempo, ni siquiera me di cuenta de que estaba atrapada en un círculo vicioso. Castigarme a mí misma parecía necesario para expiar mis pecados, pero eso es solo falsa humildad, lo contrario de lo que Dios espera de nosotras. Estaba más centrada en mí misma que en Dios, lo que me hacía vergonzosamente consciente de mis deficiencias, reviviendo constantemente el dolor de mis decisiones y experiencias pasadas. Creía ser humilde, pero en realidad centraba mis pensamientos y oraciones casi por completo en mí. Ignoraba el perdón y la gracia totales que Jesús me extendió, y vivía en mi propio purgatorio autoconstruido.
Pero ahora conozco la clave para luchar y superar ese sentimiento de vergüenza. Tenemos el poder de cambiar nuestra realidad al dejar atrás nuestros problemas e inseguridades y, en cambio, centrarnos en adorar a Dios. Si mantenemos la vista puesta en todo lo bello y bueno, podemos permitir que la bondad de Dios penetre en los momentos difíciles y dolorosos de nuestra vida.
En Isaías 6:3, los ángeles proclaman: «Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; llena está toda la tierra de su gloria». El mundo también está lleno de pecado y tristeza, pero los ángeles decidieron disfrutar de la gloria de Dios y contemplar toda la creación a la luz de esa gloria. No les digo que vivan en un mundo de fantasía y negación, pero a menudo optamos por ignorar la belleza que Dios ha creado a nuestro alrededor —el abrazo de nuestros queridos hijos, el cálido sol en nuestros rostros— y centramos nuestros pensamientos en las cargas y el estrés.
Adorar es como elegir salir y disfrutar de un cálido día de verano aunque tengas una casa desordenada que limpiar. No necesariamente niegas las montañas de platos y ropa sucia que te esperan dentro de casa, pero es más fácil ignorar tus cargas cuando estás disfrutando del sol. Entonces, cuando estés lista para volver a tu interior, tendrás energía renovada y motivación para afrontar tus tareas.
Adorar a Dios es nuestra manera de trascender este mundo roto y pecaminoso y enfocarnos en su Creador perfecto y amoroso. Romanos 12:12 nos dice: «No se conformen a los caminos del mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente». Renueva tu mente mediante la adoración y serás libre para vivir libremente en gracia.
Queridas amigas, Dios las ve llenas de potencial y cubiertas de perdón y gracia. Acérquense a Él; concéntrense en la verdad de su amor, poder y provisión. Entonces aprenderán a verse como Él las ve y a vivir el plan que tiene para ustedes: una vida de libertad y propósito.
Bendiciones y amor,
Heather Doolittle y el equipo del Club de Ayuda para Mamás
Preguntas para reflexionar
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¿Cómo eliges ver el mundo? ¿Cómo eliges ver a Dios? ¿Lo ves como un Padre poderoso y amoroso que obra todas las cosas para bien?
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¿Puedes declarar con veracidad y alegría que toda la tierra está llena de la gloria de Dios? Si no, ¿mantienes la mirada puesta en Él y buscas su amor y belleza entrelazados en la creación?
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¿Qué pensamientos agobiantes puedes liberar para vivir una vida más plena? Entrégale esos pensamientos negativos a Dios, reemplázalos con la verdad bíblica y agradécele su continua misericordia.
Ideas llenas de fe
Cuando adoramos a Dios por quien es, centramos nuestra mente en la Verdad suprema. Las siguientes afirmaciones y versículos son fundamentales para el cristianismo, pero es fácil olvidarlos en la vida.
Escribe los cuatro versículos a continuación (o cualquier otro que te anime y te recuerde la Verdad) en notas adhesivas y colócalas en un lugar donde puedas verlas todos los días.
Léelas en voz alta cada día y agradece a Dios por la verdad alentadora de su Palabra. Propón enseñarles a tus hijos al menos uno de estos versículos esta semana. Ora y busca la oportunidad de aplicar la Palabra de Dios a sus vidas y a sus dificultades, para que interioricen el mensaje de amor de Dios.
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Dios es bueno aunque permite que sucedan cosas malas en el mundo (Isaías 55:8-9).
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Dios siempre está ahí, amándonos y guiándonos incluso cuando nos sentimos solos y abandonados (Proverbios 3:5-6).
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Dios tiene buenos planes para quienes lo aman y lo siguen, incluso cuando la vida parece desesperanzada (Romanos 8:28).
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Dios tiene buenos planes para ti (Colosenses 3:12).
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