¡Tienes esa alegría, alegría, alegría, alegría en tu corazón!
“Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu que vive en ustedes.” – Romanos 8:11
¿Alguna vez te despiertas por la mañana con ganas de quedarte en tu cama calentita y cómoda porque sientes que solo tienes un sinfín de trabajo por delante y que tu vida no tiene importancia? ¿Te sientes abrumada y ya no tienes alegría en tu corazón al transcurrir el día? ¿Deseas cambiar tus sentimientos sobre tu vida, pero te sientes incapaz e impotente para hacerlo?
Confieso que mi cama, mi sábana y mi almohada a menudo me parecen más acogedoras que mi verdadera realidad. Tengo siete hijos maravillosos, cinco de ellos aún en casa, y mucho trabajo que hacer todos los días, día tras día. A veces puede ser muy abrumador. Incluso las tareas más sencillas, como arreglar la cama o lavar los platos y la ropa, pueden abrumarme. Puedo desanimarme. A veces me encuentro queriendo ceder a estos sentimientos carnales y a pensamientos de autocompasión y depresión.
¿Cómo recibimos el gozo de Dios? Gálatas 5:22 dice que el gozo (entre otros) es un fruto del Espíritu. Así que, si el Espíritu Santo vive en nuestros corazones (Romanos 8:11), ¡el gozo ya mora en nosotras, ya está presente! Eso significa que incluso cuando no lo sentimos, tenemos la capacidad de “activarlo”.
¿Pero cómo lo hacemos?
En los siguientes versículos de Gálatas 5:24-25, Pablo habla de crucificar nuestra carne (nuestros viejos efectos y lujurias) y vivir y andar en el Espíritu. Nuestros sentimientos son solo eso: sentimientos. No podemos confiar en nuestros sentimientos o emociones que no se han rendido al señorío del Espíritu Santo. Son carnales. En lo más profundo de nuestro ser, donde mora el Espíritu Santo, tenemos el poder de rechazar cualquier emoción que no provenga de Dios.
El gozo es una elección. Así como elegimos qué ropa ponernos cada día, podemos elegir el gozo. ¡Así es como andamos en el Espíritu! Tenemos la capacidad de elegir qué actitud tenemos cada día porque tenemos acceso a todo Su Fruto, ¡en todo momento! Así que, no importa cuán deprimidas o desanimadas nos sintamos, tenemos el poder de cambiar esos sentimientos y sentirnos animados. ¡Qué bueno es Dios al darnos el poder para hacerlo!
Elegir el gozo es lo que me motiva por la mañana. Cuando esos sentimientos abrumadores me invaden, presiono el botón de reinicio del Espíritu Santo. Saber que tengo el poder me da esperanza y alegría para el nuevo día que se avecina. Es una rendición de mi voluntad y mi carne, y ser obediente a Su Espíritu. No siempre es fácil, pero Dios siempre es fiel. Nunca me ha decepcionado cuando recurro a Él, pero es mi decisión elegirlo. Mis queridas hermanas, pongamos en práctica esta capacidad de vivir y andar en el Espíritu. La próxima vez que nos despertemos deprimidas, que un hijo se comporte mal o que las responsabilidades de la vida nos abrumen, elijamos el camino de Dios. Elijamos el gozo. Hagamos lo que hagamos, podemos involucrar a Dios, y cuando lo hacemos, somos vencedoras. Romanos 8:14 dice que si nos dejamos guiar por el Espíritu, somos sus hijos. ¡Qué hermoso!
Esta semana, practiquen despertar PARA sus hijos en lugar de despertar PARA ellos. Hay una diferencia. Cuando nos despertamos PARA los niños, son una intrusión. Solo podemos pensar en quedarnos en la cama o en tener un momento de tranquilidad mientras están tan emocionados de recibirnos y comenzar sus días. Nuestros días comienzan a centrarse simplemente en sobrevivir el día hasta que finalmente podamos acostar a los niños. Cuando nos despertamos para nuestros hijos, nos levantamos unos minutos antes que ellos para tener un tiempo con el Señor, para concentrarnos en Él, orar por su ayuda y energía para ser la mejor madre posible para nuestros hijos en el poder del Espíritu Santo, y para disfrutar del día con nuestros pequeños. Cuando los niños se despiertan, nos alegra verlos y tenemos el corazón listo para disfrutar del día con ellos.
Con cariño,
Mari Jo Mast y el equipo del Club de Ayuda para Mamás
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Mari Jo encountered God’s unconditional love and grace in the year 2000, which radically freed her from the bondage of legalism and exhausting performance. She desires to faithfully obey and purely reflect the character of Jesus in her life and longs for readers to encounter the Presence of Holy Spirit in her writing.
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