“Se viste de fuerza y dignidad; puede reírse de los días venideros”. Proverbios 31:25
Aquí hay un pensamiento de Henri Nouwen, “La alegría no nos llega simplemente. Tenemos que elegirla y seguir eligiéndola cada día”.
“¿Qué pasó aquí?”, pregunté a mis hijos mientras observaba la sala.
Había recogido la casa antes de irnos a dormir, pero a las 10 de la mañana, parecía que había pasado un huracán. El desayuno estaba terminado, pero los platos estaban afuera, la leche se derramó y “más o menos” secó. Mis cuatro hijos sacaron todas las almohadas y sábanas que encontraron para hacer un fuerte en la sala.
Miré a mi alrededor, la casa desordenada, y me sentí abrumada.
Algunos pensamientos pasaron por mi cabeza:
- – Nunca tendré una casa limpia.
- – Me siento deprimida.
- – No puedo con esto.
Me di unos 60 segundos para sentirme así, luego me detuve a propósito. Decidí pensar de otra manera y mi estado de ánimo cambió al instante.
- “No puedo hacer esto” fue reemplazado por: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
- “Me siento deprimida” fue reemplazado por: “Este es el día que hizo el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él” (Salmo 118:24 NVI).
- “Nunca tendré una casa limpia” fue reemplazado por: “Donde no hay bueyes, el pesebre está limpio” (Proverbios 14:4 NVI).
Querida mamá, todos tenemos hijos, el desorden solo significa que la vida está sucediendo.
Cuando elijo la gratitud a propósito, me concentro en lo BUENO y mi frustración se convierte en alegría. Miro los platos del desayuno y los derrames y pienso: “¡Mis hijos no tienen hambre! ¡Tienen comida!”.
Miro la pila de almohadas y sábanas (también conocida como “el fuerte”) en la sala y pienso: “¡Mis hijos son creativos! ¡Están jugando juntos!”. La maternidad es un viaje; un viaje difícil pero lleno de alegría, en el que tu vida ya no te pertenece. Se trata de elegir la alegría incluso con el desorden, el ruido y la falta de tiempo libre. Es elegir la gratitud cuando el enemigo intenta hacerte creer que todo está mal. Elijo la alegría un día a la vez, a veces un minuto a la vez.
Querida hermana, sentir estrés es una elección. ¡La alegría y la gratitud también lo son! Elige bien. Aquí tienes algunos consejos para encontrar la alegría en medio del caos de la maternidad:
- – Escribe de 2 a 5 cosas por las que estés agradecida y añade más cada día. En un día difícil, reflexiona sobre todas las cosas que te hacen sonreír.
- – Pregúntales a tus hijos por qué están agradecidos; puede que te sorprendan y digan algo que no habías pensado.
- – Anima a tus hijos a que te ayuden en casa.
- – Pide ayuda a Dios. Pide que Su sabiduría y alegría te llenen.
Bendiciones y amor,
Kathryn Egly y el equipo del Club de Ayuda.
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